jueves, 29 de diciembre de 2011

Empeñados en desafiar la gravedad

Sigamos enredando este ilógico momento hasta que estalle delante de nuestras estúpidas narices.

¿Por qué no?

Continuemos fingiendo entre ocultas verdades que se asoman traicioneras, entre los retales de pensamientos descontrolados, entre ideas atropelladas que cruzan fugaces los ojos pero se extinguen antes de llegar a la boca.

Esgrimiendo pretextos erróneos, desgastados entre unos labios distantes que jamás alcanzan los oídos del otro; que chocan contra sendas armaduras   y resbalan haciéndose añicos para arremolinarse en el desmesurado montón de nadas sobre el que nos suspendemos.
Como dos obstinados equilibristas desafiando la ineludible verdad, empeñados en no claudicar de la inútil batalla que desgasta la cuerda de la que precariamente penden.

martes, 20 de diciembre de 2011

Intenciones inútiles

No se puede intentar contentar al alma con un vago quizás rondando desalentado por la cabeza.
Ni con la fingida convicción de augurar para el mañana un paulatino ascenso hacia la luz.

No es suficiente.

No se acerca a ser suficiente.

No se puede existir alimentándose de errantes ilusiones y mentiras piadosas refugiadas en el manto de un vívido pasado que ahora se asemeja abstracto.
Insistir en engañarse indefinidamente hasta que el corazón y la cabeza se desaten de la realidad y huyan aturdidos,
a subsistir en el inmaterial mundo de ficciones y quimeras que mitiguen su perenne dolor.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Atados a un interminable final

Lejanas quedan ahora aquellas suaves horas
En que las respiraciones buscaban ansiosas el oído
En frenético intento de acompasarse a un ritmo,
Y los dedos trazaban filigranas de fuego en la piel.
Y ahora nos encontramos unidos en medio
De la distancia más insalvable,
Entrelazados en el más agónico adiós.
Asistiendo impotentes al espectáculo de nuestro derrumbamiento.
Hundiéndonos,
Despacio,
En nuestra propia ingenuidad.
Atraídos irremediablemente a un desaliento continuo
De rabia y afecto marchitos,
Sin esperanza de escapatoria.
Anudándonos conscientes a la dolorosa utopía
De encontrar en el mañana un frágil equilibrio
Que pueda sostener la carga de nuestro pecho.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Mitad rota

Me sobra media cama.
Me sobra la mitad del humo de mi cigarrillo.
Me sobran la mitad de mis pensamientos.
Me sobra la mitad de unos dias que no anhelo,
de unas noches eternas
y un caminar que ha perdido el horizonte.
Me falta media sombra entrelazada a la mía.
Y la mitad del reflejo de mi mirada.
Me falta la respuesta de las palabras que ahogo,
de eternos amaneceres vacíos
y unas manos que no pueden buscar su lugar.
Me sobra media cama,
porque me falta una respiración tras mi oído.