Celos.
Celos inevitables, inconcebibles, imparables.
Celos que nunca se sospecharon, colándose traicioneros y astutos entre las grietas de esta pretensión.
Husmeando, tanteando a arañar los ajados cimientos que ya no alcanzan a sostener una conciencia mal apuntalada.
Celos del hoy que la rodea,
Del ayer que ten desesperadamente añora,
Del mañana que tan temerosamente aguarda, aterrorizada de lo que pueda llegar a acarrear y más aún de lo que no.
Celos de los recuerdos
Y de las imágenes
Y del aire que rasga esta creciente lejanía; convirtiendo cada inservible fantasía en un amargo puñal que hundir con descosida decisión.
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