jueves, 12 de abril de 2012

Condesación

¿Puede todo reducirse a un instante?
Condensar todas las emociones, todos los minutos.
Apilar todas las miradas, todas las excusas.
Y acumular en un solo segundo una historia.

Un instante,
Una breve fracción de dos vidas torpemente enredadas que apenas dura más que el pasajero parpadeo que interrumpe la lucha entre nuestros ojos orgullosos.

Y sin embargo no es solo un instante,
Es todo y es nada.
Es el punto de inflexión entre antes y ahora,
La mecha que prendió la inevitable avalancha de nuestra destrucción.
La brecha que se abrió paso arrollando el desolado abismo que ahora consume cada respiración.

Un solo instante, tan insignificante, tan fugaz…
Que acopió la fuerza suficiente para devastar el infinito que había por delante.

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