sábado, 2 de abril de 2011

Comienzo

Parece que estuviera atrapada en este lugar, en este momento. Como si no pudiera escapar de todo aquello que me sucede. Viviendo mi vida de un modo casi irremediable, si poder decidir nada; como si estuviera compuesta de una sucesión de escenas predeterminadas que pasan unas tras otras en un desfile interminable ante mí. Pero yo tan solo observo los sucesos acontecerse ante mis ojos como una mera espectadora,  no formo parte de ellos.
Esa abrumadora y creciente sensación de que este no es mi sitio. No pertenezco a nada ni a nadie, ni a este mundo ni a las personas que se encuentran en el. Pequeños acontecimientos que, por un segundo parecen relevantes, pronto pasan a formar parte de un enorme cumulo de nimiedades, de nadas, de recuerdos fugaces que van perdiendo sentido.
No importa donde me encuentre, porque nunca es donde debiera estar. Este no es mi sitio, no es mi lugar. Los días pasan, inexorablemente, uno tras otro en un ciclo eterno y repetitivo al que estoy enganchada. Y crece esa extraña certeza de que no debería ser así; de que debería escapar, huir de esta enorme jaula.  Escapar…pero, a donde? Huir sin rumbo carece de sentido. Pasar de estar atrapada en una rutina para estar atrapada en ninguna parte, en medio de un camino que no existe.
Sentirme sola, siempre sola. Sola en medio de una multitud que no escucha mi grito desesperado de auxilio, que me ahoga, que me hunde, que me arrastra… Sola en medio de tanta gente que no comprende, que camina ajena a mí. Sola lo quiera o no en un mundo y una vida que no son los míos; y sintiendo que tan solo formo parte de mi propia y vacía realidad. Y esa sensación te llena, llena tu pensamiento, todo tu cuerpo, cada una de tus fibras.
De algún modo, saber que lo único que haces es dejar fluir el tiempo, de manera lenta pero continua; las horas, los días los años… esperando un lejano final que nunca llega.
Atrapada en un instante para siempre…

No hay comentarios:

Publicar un comentario